Intriga Personal

“Me apasiona la enseñanza; disfruto, quizá de un modo narcisista, induciendo en los demás el interés por problemas que me intrigan personalmente” Jerome Bruner


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Sin libros ni cuadernos

«Recuerdo que una de sus clases relacionadas con el movimiento obrero, las reivindicaciones laborales y el desarrollo del país fue una actividad casi inusual. Nosotros esperábamos que nos dictara sobre el tema o que copiara en la pizarra y explicara, no, así no fue. La primera pregunta que nos hizo fue de dónde obtendríamos la mejor información, quiénes pueden responder según su experiencia, que tipo de información deberíamos leer, cómo nos organizamos para recabar la información, esas dos horas de clase nos organizamos para aprender y luego para planificar el recojo de la información.
En esta primera vez, fue emocionante entrevistar a obreros textiles, albañiles, profesores, dirigentes sindicales, amas de casa, autoridades locales y otros personajes; no saben la riqueza de información que recogimos, pero esto no quedó allí, en la siguiente clase comentamos lo que habíamos indagado, organizábamos la información e identificamos un conjunto de conclusiones con la ayuda del profesor.»

El profesor Danilo de la Cruz, de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, nos ha remitido otra de sus historias sobre la vida escolar en un colegio público. En «Sin libros ni cuadernos» nos revela que la educación no trata tanto de copiar o leer sino de explorar, de conectar lo que hacemos con la realidad.  En este caso, un profesor de historia rompe los estereotipos y anima a sus estudiantes a ir más allá de los muros del colegio para ver, indagar, experimentar, dialogar con otros, preguntar. Ciertamente, esto dejó huella en los estudiantes, más tal vez que muchas lecturas o tareas, a veces ejercicios poco relevantes.

Pueden leer el texto completo de la historia aquí.


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Niños y adolescentes e Internet: ¿riesgo u oportunidad?

Un artículo del diario El País de España («Cuando el niño sabe más que yo») y una entrada de blog de NetFamilyNews.org («Major obstacle to universal broadband & what can help») ofrecen un punto común sobre algo que nos interesa como padres y educadores: qué hacer frente a la mayor exposición de niños y adolescentes al Internet, con las oportunidades y riesgos que esto conlleva.

Por un lado, tal como se postula, son procesos difíciles de revertir. Internet y redes sociales son temas en que muchos adultos se sienten en desventaja porque «los niños saben más que yo». Por otro lado, la estrategia de la prohibición o de meter miedo no funciona. Prohibir a los adolescentes que usen Internet o el chat no hace más que provocar el efecto contrario, crear curiosidad. Según señala Wesley Perkins, el uso del miedo no ha cambiado comportamientos es más del 1%.

El artículo de El País comenta un caso de un funcionario español que entró en una red social con una identidad falsa para ver con quien se relacionaba su hija y cómo eran sus vínculos con sus conocidos. Esta actitud ha sido muy criticada por algunos que sostienen que esto atenta contra la privacidad de niños y adolescentes, y que es la estrategia que usan los que quieren hacer daño. Si bien el funcionario señaló que esto fue con el consentimiento de su hija, como un simple experimento, no parece la vía más apropiada. El psiquiatra infantil Paulino Castells, cita el diario, dice que «la clave está en la relación afectiva de padres e hijos. ‘Si el hijo se siente querido nunca será una intromisión’ [los controles que los padres ponen a la participación en estas redes]»

El tema es controversial. ¿Cómo lograr este tipo de relación y confianza, sobre todo cuando los hijos son adolescentes, una etapa en que, en general los vínculos con los padres pasa por tensiones de la edad? En todo caso, es un asunto que no hay que ignorar. Hay que conversar con los hijos, ponerles reglas y límites claros, estar atentos sin ser entrometidos, y eso siempre es un balance delicado.

Por otro lado, no podemos ignorar que el manejo de Internet y la participación en las redes sociales suponen habilidades que los niños y adolescentes deben desarrollar, de cara a las exigencias de un mundo globalizado y una economía del conocimiento. El miedo nos puede hacer olvidar las oportunidades que la Web trae.

¿Qué es lo que piensan Uds.? ¿Alguna experiencia o recomendación que puedan compartir con nosotros?