El último número de la Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación incluye un interesante artículo de Manuel Villarruel Fuentes titulado “Ciencia y Educación en América Latina: los entornos de su complejidad curricular y didáctica”. El autor hace un extenso análisis sobre la situación de la formación científica en América Latina desde una premisa interesante: “la necesidad de vincular la educación científica a al proceso de formación ciudadana”. Para Villarruel no es posible avanzar en una alfabetización científica y tecnológica si la educación científica no se arraiga en la cultura y no se liga al desarrollo de habilidades metacognitivas. Los estudiantes deben ser capaces de aprender a leer y escribir sobre ciencia pero al mismo tiempo hacerla, generarla.
El artículo hace hincapié en los indicadores de la baja producción científica en la región (cobertura del nivel superior, poca inversión en ciencia y desarrollo tecnológico, desvinculación entre la universidades y los sectores productivos)
En la segunda parte del trabajo, Virrarruel desarrolla el enfoque didáctico que sería recomendable para una mejor enseñanza y aprendizaje de las ciencias, a partir de la noción clave de “alfabetismo científico”. Éste implica que una persona “puede preguntar, encontrar o determinar respuestas derivadas de la curiosidad acerca de las experiencias cotidianas… ( )… que posee la habilidad para describir, explicar y predecir fenómenos naturales y sociales.” Es sugerente como esta visión de alfabetismo científico combina tanto una actitud ante la realidad, basada en la curiosidad y la capacidad de preguntarse como en la necesidad de formular las preguntas (y las explicaciones subsecuentes) de manera coherente. Esto se logra solamente con un maestro que asume su rol como facilitador y que aborda él o ella misma la tarea de aprender de la misma manera como quiere promoverla con los estudiantes. Se aboga además por un enfoque de problematización, que es el que anima la curiosidad y la búsqueda activa para entender los problemas y buscar soluciones.
Villarruel concluye: “No se trata de convertir en investigadores científicos a todos los ciudadanos, se trata de la oportunidad de compartir códigos lingüísticos y conceptuales que lleven a la correcta toma de decisiones, al cabal entendimiento de los fenómenos que aquejan a la humanidad, al debate de nivel, al logro efectivo de las metas comunes, en fin, a la posibilidad de tomar las riendas del futuro, convirtiendo la realidad cotidiana en un espacio común de entendimiento. Esto también es democracia.”
Ver el texto completo del artículo aquí.
El texto completo de este número de la revista se puede encontrar aquí, incluyendo una sustanciosa nota editorial de Antonio Bolívar sobre el tema del liderazgo de la dirección de la escuela y su impacto en el aprendizaje.